En ella situó el papel del océano en la regulación del clima, incidiendo en el papel de la cinta transportadora del calor. Fundamentó el papel del océano como reservorio de CO2 en base al funcionamiento de la bomba biológica y de la física. Analizó la entrada y salida de este gas en febrero y en agosto en las diferentes regiones oceánicas. También situó los niveles de reservorio del gas CO2 de origen antropogénico en las diferentes regiones oceánicas.
A continuación abordó las proyecciones del AR4 IPCC (2007) relativas a: CO2 atmosférico, calentamiento y nivel del mar, circulación oceánica global, eventos extremos y acidificación. Todos los riesgos oceánicos del cambio climático los analizó en el marco de la importancia socioeconómica del océano costero.
Por último, contextualizó en Galicia la importancia socioeconómica de su océano costero y analizó las evidencias e impactos del cambio climático en ese océano costero y en sus recursos en base a los estudios de Cligal, de los que fue corresponsable.